Índice de contenidos
- 1 ¿Qué es el SIBO?
- 2 ¿Qué tipos de SIBO o sobrecremiento bacteriano existen?
- 3 ¿Cuál es la sintomatología del SIBO?
- 4 ¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de SIBO?
- 5 ¿Cómo se diagnóstica el SIBO?
- 6 ¿SIBO, hinchazón o digestiones pesadas?
- 7 ¿Qué tratamientos existen para el SIBO?
- 8 ¿Cuál es la dieta para el SIBO?
- 9 Otras recomendaciones en el SIBO
- 10 ¿Se puede autodiagnosticar el SIBO?
- 11 Preguntas frecuentes sobre el SIBO
- 12 ¿Quieres mejorar tu salud digestiva con un enfoque nutricional basado en evidencia?
- 13 Conclusiones
El SIBO o sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado comienza a ser una patología más que habitual en la consulta. Es posible que la hayas escuchado, la sufras o tengas curiosidad por temas de nutrición. En este artículo te cuento que es, cómo se diagnostica, su sintomatología y cómo se trata desde el punto de vista de la nutrición para abordar esta condición desde una perspectiva nutricional especializada, con el acompañamiento de un centro de nutrición de referencia en Valencia comprometido con tu bienestar digestivo
¿Qué es el SIBO?
Para empezar debes saber que las siglas SIBO, vienen del inglés:Small Intestine Bacterial Overgrowth
Small
Intestine
Bacterial
Overgrowth
El SIBO, como su nombre indica se refiere a un crecimiento en exceso de bacterias en el intestino delgado proximal. Por lo que estamos hablando de una disbiosis o desequilibrio en la microbiota.
En el intestino delgado lo habitual es que no residan prácticamente bacterias por la acción del ácido gástrico, la acción de enzimas pancreáticas y la motilidad del intestinales. De ahí que sea clave mantener nuestra microbiota lo más saludable posible.
En pacientes sanos, el intestino delgado proximal contiene cantidades relativamente pequeñas de bacterias debido a la acción del ácido gástrico, la válvula ileocecal, la acción de las enzimas pancreáticas y la motilidad del intestino delgado.
En condiciones normales, la microbiota intestinal se encuentra equilibrada, pero en el SIBO, la cantidad de Unidades Formadoras de Colonias (UFC) supera las 10^5 UFC, lo que puede provocar problemas digestivos y de salud general (Pimentel et al., 2020).
¿Qué tipos de SIBO o sobrecremiento bacteriano existen?
Podemos clasificar el Sibo en 3 tipos:
SIBO por baterías que producen hidrógeno
Las bacterias fermentan los hidratos de carbono y producen gas de hidrógeno. El intestino delgado es sensible al hidrógeno, manifestándose síntomas como distensión abdominal y diarrea.
SIBO por arqueas que producen metano y estreñimiento
Las arqueas son un gran grupo de microorganismos procariotas unicelulares que, como las bacterias, no presentan núcleo ni orgánulos membranosos internos, pero son fundamentalmente diferentes a estas y que tienen una clasificación y reino propios.
Las arqueas toman el hidrógeno que generan las bacterias y producen gas metano queen el intestino delgado pudiendo paralizar y ralentizar el paso de los alimentos, provocando estreñimiento e hinchazón abdominal.
A su vez, el estreñimiento favorece la formación de bacterias que generan más hidrógeno que alimentan a las arqueas y de esta forma se crea una situación que fomenta más el SIBO.
SIBO por bacterias productoras de sulfuro de hidrógeno
Para detectar este tipo de SIBO sería recomendable realizar la prueba de aliento hidrógeno-metano, ya que algunas personas podrían dar falsos negativos con las pruebas habituales.
Además las bacterias reductoras de sulfato también pueden competir por el hidrógeno con las arqueas, llegando a convivir o si bien se eliminará una de ellas la otra podría crecer disponiendo de esta manera de más hidrógeno.
SIBO por hongos o SIFO
Es posible que exista un sobrecremiento de hongos en el intestino delgado. Habitualmente se trata de Cándidas spp. o Aspergillus spp, pudiendo aparecer otros tipos.
El SIFO es más complicado de diagnosticar ya que la sintomatilogía se confunde mucho con la del SIBO por lo que lo habitual es que se acabe diagnosticando después de haber hecho pruebas de SIBO y que hayan dado negativo.
¿Cuál es la sintomatología del SIBO?
Los síntomas de SIBO van desde los asociados por la formación de gases, el deterioro de la pared intestinal que nos llevaría a sufrir una malabsorción de los nutrientes y a la larga problemas metabólicos y un aumento de probabilidad de sufrir una enfermedad autoinmune.
De la sintomatología más característica podemos destacar:
- Ruidos estomacales
- Exceso de gases
- Eructos
- Dolor abdominal y retortijones
- Náuseas
- Mal aliento (halitosis)
- Heces desde blandas a explosivas
- Distension abdominal
- Malas digestiones
- Acidez estomacal
Como las paredes de la mucosa intestinal pueden verse dañadas es posible que se produzca una malabsorción de nutrientes que nos puede llevar a:
- Intolerancias alimenticias: debido al daño en las paredes del intestino pueden aparecer intolerancias al gluten, la histamina, la lactosa, fructosa y sorbitol.
- Carencias nutricionales, llegando a sufrir anemias por la falta de vitaminas B12, D, A y E. Así como de minerales como el hierro.
- Pérdida de peso, la malabsorción de nutrientes, unida a la sintomatología producida por el exceso de gases que puede causar falta de apetito puede llevar también a una pérdida de peso.
- Aparición de Cándidas
A largo plazo pueden verse elevadas las probabilidades de la aparición de enfermedades autoinmunes como es el caso de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (Crohn y Colitis ulcerosa), dermatitis, alergias y enfermedades neurológicas.
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¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de SIBO?
Las causas y factores de riesgo para la aparición de SIBO puede ser multifactoriales, de hecho, si padeces alguna de las que vamos a nombrar a continuación no quiere decir que vayas a padecer SIBO, sin embargo sí que puede considerarse como factor de riesgo:
Dismotilidad intestinal:
Puede darse por muchos motivos, entre los que destacamos:
- Falta de actividad física
- Edad avanzada
- Algunas patologías como: diabetes, hipertensión, celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, hipotiroidismo, esclerosis múltiple…
- Dietas pobres en fibra
Causas anatómicas:
Entre las más comunes destacamos:
Alteraciones en la válvula ileocecal: Cuando la válvula que separa el intestino grueso del intestino delgado queda abierta.
Síndrome del asa ciega: Cuando parte del intestino delgado crea una especie de bolsa donde se almacenan los alimentos siendo un ambiente ideal para que proliferen las bacterias.
Alteraciones de pH
Los ácidos estomacales limitan la proliferación de diversas bacterias, por lo que una baja producción de ácido por parte del estómago, ya sea por enfermedades como la gastritis atrófica o el consumo prolongado de diversos fármacos, como por ejemplo el omeprazol, puede ser una de las causas.
Causas inmunológicas
Hay diversos trastornos del sistema inmune como un déficit en la inmunoglobulina A o infección por VIH que también derivan en un mayor riesgo de SIBO.
Otras
También otras situaciones como el uso prolongado de antibióticos de amplio espectro, alcoholismo, situaciones fuertes de estrés, síndrome del intestino irritable, obesidad mórbida, cirrosis hepática… pueden aumentar el riesgo de padecer SIBO.
| Categoría | Etiologías |
| Dismotilidad | Hipotiroidismo Enfermedad de Parkinson Escleroderma Diabetes mellitus Gastroparesia Medicación |
| Anatómica | Obstrucción anatómica del intestino delgado Adherencias Divertículos del intestino delgado Fístula Alteración anatómica postquirúrgica |
| Alteraciones del pH | Edad avanzada Aclorhidria Inhibidores de la bomba de protones |
| Inmunológica | Deficiencia de IgA Variable combinada inmunodeficiencia VIH |
| Otros | Obesidad mórbida Síndrome del intestino irritable Cirrosis Pancreatitis |
¿Cómo se diagnóstica el SIBO?
Si padeces una sintomatología similar a la mencionada anteriormente o sospechas poder tener SIBO, te contamos que tienes que hacer para poder empezar a tratarlo.
Quién es el especialista médico para tratar el SIBO
Lo primero que debes hacer es contarselo a tu médico de cabecera o dietista-nutricionista para que te derive a un médico digestivo si lo considera oportuno tras una anamnesis clínica. El médico digestivo será el encargado de proponerte las pruebas y tratamientos en el caso que el resultado fuera positivo.
¿Qué pruebas existen para detectar el SIBO?
La prueba más utilizada para el diagnóstico del SIBO es el “Test de aliento con lactulosa o glucosa”.
No es un test invasivo, consiste en ingerir un preparado de glucosa (75g) o lactulosa (10g) y soplar a través de una boquilla que te proporcionan cada cierto tiempo (unos 20 minutos, seún indique el protocolo del test) para ver si se producen gases de hidrógeno y el metano durante la primera parte del test (90 minutos), ya que esto indicaría la presencia de microbiota en el intestino delgado que están gestionando los alimentos.
¿Cómo se interpretan las curvas de resultados de SIBO?
En este ejemplo podemos ver una curva que se asienta sobre un eje X, que corresponde al tiempo transcurrido y un eje Y, que correspone a la concentración de gas expresada en ppm (partes por millon)
En la tabla se expresan dos curvas, que sueles ser de distinto color, una representa al hidrogeno (H) y la otra curva al metano (CH4).
Resultado negativo de SIBO
En el suguiente resultado de la prieba de SIBO podemos observar como las curvas tanto de hidrogeno como de metano comienzan a subor a partir de los 100 minutos de haber ingerido el suero de lacturosa y comenzado el analisis. Esto significa que los alimentos se comienzan a gestionar por parte de la microbiota en el intestino grueso. Por lo tanto todo esta correcto y la prueba de SIBO es negativa.
Resultado positivo SIBO
En los siguientes resultados podemos observar comol a curva de metano ya comienza elavada, mientras que la de hidrogeno se mantiene estable hasta el minuto 100, donde comienza a subir. Por lo que podemos decir que se trata de un SIBO positivo en metano o bacterias metanogénicas.
En algunos casos, el test de intolerancia a la fructosa, sorbitol o a la lactosa también puede desvelar un diagnóstico de SIBO y es que cuando la curva de gas de estas pruebas se eleva en los primeros minutos puede ser síntoma de que la mucosa esté afectada y por lo tanto la intolerancia sea provocada por un sobrecrecimiento bacteriano.
Para evitar como resultado un falso negativo es muy importante hacer caso a tu médico digestivo y seguir las indicaciones que te paute los días anteriores a la prueba.
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¿Cuáles son las limitaciones del test de SIBO?
- Puede pasar que el aún habiendo dado un resultado negativo del test de SIBO, la sintomatología este presente y segun el profesional se considere la opcion tanto de tratamiento farmacológico y dietoterapeutico a través de una dieta SIBO.
- Además, es posible la presencia de un SIBO de sulfuro de hidrogeno que hoy en día no podemos medir mediante este tipo de pruebas.
- Además, existen personas que presentan un tracto intstinal rápido que pueden dar falsos negetivos.
- Y tambien debemos de contar con que las pruebas, al requerir de tanto tiempo, se realizan en casa y podemos cometer errores a la hora de hacerlas
- Así que, si aun dado un resultado negativo, sigues teniendo síntomas mi recomendación es que preguntes a tu médico y nutricionista para valorar si es necesario repetir la prueba.
Consejos antes de hacer el test de SIBO
- Para hacer un test de SIBO en condiciones debes de seguir adecuadamente las instrucciones que acompañan al mismo, sin saltarte ningún paso ni recomendación ya que podría dar resultado erróneos.
- Evita el consumo de probióticos y prebióticos previamente al test… al menos planteate un mes.
- No hacerse enemas previamente.
- De la misma manera que otros fármacos como antibióticos, fibra, antiácidos, antidiarréicos, procinéticos y suplementos alimenticios.
- No consumir alimentos ricos en hidratos de carbono y fibra.
- Lavarse bien los dientes antes de la prueba.
- No mascar chicle durante el test.
- No fumar durantes la prueba
- Evitar hacer ejercicio físico durante el test.
- No realizar ayuno antes de la prueba
Además recuerda que debes anotar la sintomatología que tienes durante todo el proceso poruqe podría ser de utilidad para tu diagnostico.
¿Qué tratamientos existen para el SIBO?
Es importante que para el tratamiento de SIBO sigas siempre los consejos de tu médico y de tu dietista-nutricionista que al conocer tu caso, te asesorarán de forma personalizada.
Tratamiento para el SIBO con antibioticos
Sin embargo, el abordaje más común suele ser el tratamiento antibiótico acompañado de una alimentación pautada personalizada.
Para el tratamiento antibiótico es imprescindible la receta médica y será el médico el que te aconseje según tu caso, sin embargo, el tratamiento más habitual es:
- SIBO de Hidrógeno: En el caso de elevación de Hidrógeno en la curva se suele recetar Rifamicina.
- SIBO de Metano: En el caso de elevación de Metano en la curva se suele recetar la combinación de dos antibióticos, Rifamicina combinado con Neomicina o Metromidazol.
En algunas ocasiones el tratamiento suele ser a base de productos herbáceos con acción antibiótica y en otras ocasiones incluso son necesarios varios ciclos de antibiótico.
Tratamiento natural para el SIBO
Si bien existen tratamientos convencionales disponibles para el SIBO, como los antibióticos, muchos pacientes buscan tratamientos más naturales para el SIBO y menos invasivas para abordar esta afección.
Afortunadamente, la naturaleza nos brinda una amplia gama de remedios que pueden ayudar a equilibrar la microbiota intestinal y aliviar los síntomas del SIBO.
Probióticos para el SIBO
Los probióticos son microorganismos vivos beneficiosos que pueden ayudar a restaurar el equilibrio de la microbiota intestinal. Estudios han demostrado que ciertas cepas de probióticos pueden ser útiles en el tratamiento del SIBO.
El Lactobacillus y el Bifidobacterium son dos cepas de probióticos ampliamente estudiadas en relación con el SIBO. Estas cepas pueden reducir el crecimiento excesivo de bacterias y mejorar los síntomas intestinales. Un estudio publicado en el World Journal of Gastroenterology encontró que la suplementación con Lactobacillus casei redujo los síntomas del SIBO y mejoró la calidad de vida de los pacientes.
Es importante tener en cuenta que no todos los probióticos son adecuados para el SIBO, y que la elección de la cepa y la dosis adecuadas puede variar según cada individuo. Se recomienda consultar a un profesional de la salud para determinar qué probióticos son los más adecuados para cada caso.
Hierbas antimicrobianas para el SIBO
Algunas hierbas poseen propiedades antimicrobianas que pueden ayudar a reducir el crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado. El orégano, la canela, el tomillo, el ajo y el jengibre son ejemplos de productos naturales con sustancias bioactivas que han demostrado actividad antimicrobiana.
Un estudio publicado en el Journal of Applied Microbiology encontró que el aceite esencial de orégano tenía una actividad antimicrobiana significativa contra bacterias asociadas con el SIBO, como Escherichia coli y Salmonella entérica. Otro estudio in vitro demostró que el aceite esencial de canela tenía una potente actividad antimicrobiana contra bacterias gramnegativas y grampositivas.
Sin embargo, se recomienda precaución y consultar a un profesional de la salud, ya que algunas hierbas pueden tener interacciones con medicamentos o ser contraindicadas en ciertos casos.
Aceite de semilla de comino negro para el SIBO
El aceite de semilla de comino negro se ha utilizado tradicionalmente en la medicina natural por sus propiedades antibacterianas y antifúngicas. Algunos estudios han investigado su potencial efecto en el SIBO.
Un estudio publicado en el Journal of Ethnopharmacology encontró que el aceite de semilla de comino negro tenía una actividad antimicrobiana significativa contra varias cepas bacterianas, incluyendo algunas asociadas con el SIBO, como Escherichia coli y Enterococcus faecalis.
El aceite de semilla de comino negro se puede consumir en forma de suplemento o incorporado en la dieta para obtener sus beneficios. Aunque a día de hoy, se necesita más investigación para comprender completamente su efectividad en el tratamiento del SIBO.
Digestivos enzimáticos y ácido clorhídrico para el SIBO
En algunos casos de SIBO, puede haber una deficiencia enzimática y una disminución en la producción de ácido clorhídrico en el estómago, lo que dificulta la descomposición adecuada de los alimentos y la eliminación de las bacterias.
Los suplementos de enzimas digestivas pueden ayudar a mejorar la digestión de los alimentos y reducir los síntomas asociados con el SIBO. Un estudio publicado en el European Journal of Gastroenterology & Hepatology encontró que la suplementación con enzimas pancreáticas mejoró los síntomas gastrointestinales en pacientes con SIBO.
Además, en algunos casos de SIBO, la suplementación con ácido clorhídrico puede ser beneficiosa para mejorar la digestión y reducir el crecimiento bacteriano no deseado en el intestino delgado. Sin embargo, es importante consultar a un profesional de la salud antes de iniciar la suplementación con ácido clorhídrico, ya que puede no ser apropiado para todos los pacientes.
El tratamiento natural para el SIBO puede ser un desafío, pero los enfoques naturales respaldados por la evidencia científica pueden brindar una alternativa efectiva para aliviar los síntomas y restaurar el equilibrio en la microbiota intestinal.
La dieta baja en carbohidratos fermentables, la suplementación con probióticos adecuados, el uso de hierbas antimicrobianas, el aceite de semilla de comino negro y los suplementos de enzimas digestivas y ácido clorhídrico pueden ser estrategias naturales prometedoras para el manejo del SIBO.
¿Cuál es la dieta para el SIBO?
Como hemos reiterado en muchas ocasiones, igual de importante es el tratamiento antibiótico como la alimentación para una correcta y absoluta recuperación.
Tu dietista-nutricionista te asesorará de forma personalizada tras estudiar tu caso, sin embargo, una de las dietas más utilizadas para el tratamiento de SIBO es la Dieta baja en FODMAPs.
El nombre de FODMAPs es un acrónimo que proviene del inglés (Fermentable Oligo-, Di- y Monosaccharides And Polyols). Son las siglas de los hidratos de cadena corta que son utilizados por la microbiota como sustrato energético, por lo que limitar su aporte puede evitar que se proliferen.
Es importante tener en cuenta que la dieta baja en FODMAPs es una herramienta de dietoterapia que tendrá que supervisar tu dietista-nutricionista mientras te guía y asesora en las diferentes fases de introducción de alimentos.
Llevar esta alimentación de forma descontrolada y a lo largo del tiempo puede llegar a ocasionar diferentes carencias nutricionales además de no ayudarte a lograr tu objetivo de erradicar el SIBO.
Alimentos aconsejados en dieta SIBO
Cereales y tubérculos:
- Patatas
- Boniatos
- Yuca
- Chufa
- Arroz
- Maíz
- Alforfón
- Mijo
- Sorgo
- Teff
- Quinoa
- Amaranto
- Sésamo
- Tapioca
- Trigo sarraceno
Verduras y hortalizas:
- Pepinos
- Zanahorias
- Boniatos
- Calabazas
- Aceitunas
- Pimiento verde
- Tomate
- Endivias
- Espinacas
- Judías verdes
- Apio
- Coles de Bruselas
- Calabacín
- Lechugas
- Berenjenas
- Apio
Frutas:
- Arándanos
- Plátano maduro
- Coco
- Fresas
- Granada
- Higo
- Clementina
- Mandarina
- Kiwi
- Lima
- Limón
- Naranja
- Pomelo
- Uvas
Carne, pescados y huevos:
- Carnes no procesadas
- Todo tipo de pescados
- Huevos
Lácteos:
- Quesos curados
- Leche sin lactosa
- Yogures sin lactosa
- Bebidas vegetales
Frutos secos y aceites:
- Aceite de oliva
- Aceite de girasol
Edulcorantes:
- Azúcar
- Panela
- Jarabe de arce
- Chocolate negro
- Cacao puro en polvo
- Acesulfamo K (E950)
- Aspartamo (E951)
- Ciclamato (E952)
- Glucósidos de esteviol (E960)
- Neohesperidina DC (E959)
- Neotamo (E961)
- Sacarina (E954)
- Sucralosa (E955)
- Taumatina (E957)
Alimentos desaconsejados en dieta SIBO
Cereales y tubérculos:
- Trigo y centeno (en gran cantidad)
- Arroz integral
- Cereales integrales
- Espelta
- Amaranto
Frutos secos:
- Almendras
- Pistachos
- Avellanas
- Cacahuete
- Anacardos
Verduras y hortalizas:
- Alcachofa
- Ajo
- Brócoli
- Espárragos
- Cebolla
- Coliflor
- Champiñones
- Escarola
- Espinacas
- Hinojo
- Maíz dulce
- Puerro
- Pimiento rojo
- Remolacha
- Repollo
- Setas
- Salsa de tomate
Frutas:
- Aguacate
- Albaricoque
- Breva
- Caqui
- Cereza
- Ciruela
- Ciruela pasa
- Conservas de fruta
- Dátil
- Frutas desecadas
- Guayaba
- Lichi
- Manzana
- Mango
- Melón
- Membrillo
- Nectarina
- Pera
- Sandía
- Zumos de fruta
Carnes y pescados:
- Hamburguesas
- Salchichas
- Embutidos
- Empanadillas
- Carnes procesadas
Legumbres:
- Garbanzos
- Lentejas
- Judías blancas
- Guisantes
- Habas
Edulcorantes:
- Miel
- Sirope de maíz o fructosa
- Ágave
- Sorbitol (E-420i)
- Jarabe de sorbitol (E-420ii)
- Manitol (E-421)
- Xilitol (E-967)
- Maltitol (E-965)
- Isomaltulosa (E-953)
- Eritritol (E968)
- Lactitol (E-966)
- Productos “light” sin azúcar
- Salsas comerciales tipo barbacoa, kétchup
Lácteos:
- Leche (vaca, cabra y oveja)
- Yogur
- Helado
- Nata
- Quesos blandos (Burgos, ricota, requesón, mascarpone)
- Mantequilla
- Postres lácteos
- Productos elaborados con leche
- Bebida de soja
Suplementos de fibra:
- Fructooligosacáridos
- Inulina
- Oligofructosa
Fases de la dieta para SIBO
Fase de eliminación: Se eliminan todos los alimentos altos en FODMAPs durante un periodo de 4-6 semanas. Esto reduce los síntomas digestivos y permite observar mejoras. Ejemplo: «Desayuno con tortilla de espinacas y tomate, acompañada de pan de arroz».
Aún así, si la sintomatología es muy molesta podemos llegar a plantear una dieta elemental con el fin de mejorar drásticamente estos síntomas para continuar con esta primera fase de eliminación.
Fase de reintroducción: Se reintroducen gradualmente los alimentos de cada grupo FODMAP para identificar qué alimentos y en qué cantidad causan síntomas. Ejemplo: «Reintroduce pequeñas porciones de manzana (FODMAP alto) y monitoriza los síntomas.»
Fase de mantenimiento personalizada: Con base en los resultados, se crea una dieta personalizada que evita solo los alimentos que desencadenan síntomas, pero permite aquellos que son tolerados.
| LUNES | Quinoa salteada con pimiento verde, calabacín y zanahoria | Crema de calabaza y zanahoria Tortilla de espinacas |
| MARTES | Sopa de tapioca con judías verdes, espinacas, zanahoria y huevo | Filete de merluza con calabacín y zanahoria al papillote |
| MIÉRCOLES | Ensalada de canónigos, tomate, pepino y pipas de calabaza Atún con costra de amaranto y zanahoria salteada | Lomo salteado con calabacín, berenjena, pimiento verde y cúrcuma |
| JUEVES | Arroz salteado con pimiento verde, berenjena y coles de bruselas al curry | Ensalada de espinacas y fresas Tortilla de patata y pimiento verde |
| VIERNES | Injera (pan hecho de teff) Gambas al curry con calabacín, pimiento verde y leche de coco | Ensalada de papaya con zanahoria, judías verdes, cilantro y lima |
| SÁBADO | Ensalada de rúcula, tomate y aceitunas Pollo al horno con berenjena, patata y romero | Wrap (tortita de maíz) con pimiento verde, tomate y espinacas con salsa tzatziki sin lactosa. |
| DOMINGO | Macarrones de trigo sarraceno salteados con calabacín, tomates cherry y pipas de calabaza | Mero a la plancha con judías verdes y coles de brusela salteadas |
Otras recomendaciones en el SIBO
A parte de estas recomendaciones, es muy importante no pasar por alto las horas de sueño y la gestión del estrés. El estrés crónico tiene un gran impacto sobre la proliferación de bacterias, por lo que para un correcto tratamiento es un pilar fundamental.
¿Se puede autodiagnosticar el SIBO?
El SIBO es una afección compleja con síntomas que pueden solaparse con otras patologías digestivas como el síndrome del intestino irritable (SII), la intolerancia a la lactosa o la enfermedad celíaca. Aunque existen cuestionarios y listas de síntomas en internet que pueden dar una idea de si podrías padecerlo, el autodiagnóstico no es recomendable.
El diagnóstico adecuado requiere pruebas específicas, como el test de aliento con lactulosa o glucosa, que mide la producción de hidrógeno y metano en la respiración tras ingerir una solución con estos azúcares. Además, es fundamental que un profesional interprete los resultados y valore otros factores clínicos.
Si sospechas que podrías tener SIBO, lo mejor es acudir a un médico digestivo o a un dietista-nutricionista especializado para recibir un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado. Un mal diagnóstico o tratamiento basado en suposiciones podría llevar a restricciones dietéticas innecesarias, carencias nutricionales y la perpetuación del problema digestivo.
Preguntas frecuentes sobre el SIBO
¿Puede el SIBO causar pérdida de peso? Sí, el SIBO puede causar pérdida de peso debido a la malabsorción de nutrientes y a la disminución del apetito provocada por el malestar gastrointestinal. Referencia científica sobre la pérdida de peso y el SIBO.
¿Cómo se diagnostica el SIBO? El diagnóstico común del SIBO se realiza a través del test de aliento con glucosa o lactulosa, que mide la producción de hidrógeno y metano en el intestino. Los resultados elevados indican la presencia de bacterias en el intestino delgado, lo que confirma el SIBO. Estudio sobre el test de aliento.
¿Qué relación tiene el SIBO con las intolerancias alimentarias? El SIBO puede dañar la mucosa intestinal, lo que lleva a intolerancias a la lactosa, fructosa y sorbitol, así como a deficiencias nutricionales. Ver estudio sobre SIBO y daño intestinal.
¿Cuánto tiempo se tarda en curar el SIBO? El tiempo para curar el SIBO depende de varios factores como la severidad, el tipo de tratamiento y la respuesta individual. Generalmente, el tratamiento con antibióticos o antimicrobianos dura entre 2 a 4 semanas. Sin embargo, algunos pacientes pueden necesitar varios ciclos o combinaciones de tratamientos, incluyendo cambios en la dieta y la corrección de desequilibrios intestinales. Es común que el proceso completo de recuperación, que incluye la restauración de la microbiota intestinal, tarde entre 1 a 6 meses. En casos recurrentes, el manejo a largo plazo es esencial.
¿Quieres mejorar tu salud digestiva con un enfoque nutricional basado en evidencia?
En Nutt diseñamos tratamientos personalizados para SIBO, intestino irritable, disbiosis o digestiones difíciles.
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Conclusiones
Cada vez son más las personas que vienen con una sintomatología muy similar a la de SIBO en Valencia pidiendo ayuda con mucho malestar y desconcierto. También son muchos los que vienen derivados por su médico digestivo con un diagnóstico claro en busca de asesoramiento nutricional.
Como hemos comentado a lo largo de todo este post, el tratamiento de SIBO debe de ser multidisciplinar, un buen diagnóstico debe ir siempre acompañado de un tratamiento en el que se trabaje tanto la parte médica como la nutricional y por supuesto, la parte psicológica en la gestión del estrés.

Farmacéutica y dietista-nutricionista colegiada CV00443, fundadora y directora de Nutt Consejo Nutricional, un centro de referencia en nutrición clínica y digestiva en Valencia. Desde hace más de 16 años ayudo a las personas a mejorar su bienestar físico y emocional a través de una alimentación personalizada, basada en la evidencia científica y en la escucha real del cuerpo.
Mi trabajo se centra en entender la causa de los síntomas, no en poner parches temporales. En consulta abordo desde patologías digestivas complejas —como SIBO, disbiosis intestinal, síndrome del intestino irritable, histaminosis o intolerancias alimentarias— hasta desequilibrios hormonales vinculados a la perimenopausia, la menopausia o el hipotiroidismo, sin olvidar la influencia de la microbiota, el estrés y las emociones en cada proceso metabólico.
Formada en Farmacia y Nutrición Humana y Dietética, siempre he buscado unir la mirada científica con la comprensión humana. Mi enfoque no es solo técnico: creo que comer bien no es seguir una lista de prohibiciones, sino reconciliarse con la comida y con el cuerpo, aprendiendo a interpretarlo y a cuidarlo. Por eso, en Nutt trabajamos con un equipo multidisciplinar que integra nutrición, psiconutrición, educación alimentaria y terapia de apoyo, ofreciendo soluciones completas y sostenibles.
En los últimos años me he especializado en nutrición hormonal femenina y menopausia, un campo en el que combino la práctica clínica con la divulgación científica. Creo firmemente que la salud de la mujer no puede reducirse a calorías o peso, sino que necesita entender su fisiología, sus cambios hormonales y su historia vital. Por eso divulgo activamente sobre temas como los fitoestrógenos, la resistencia a la insulina en la perimenopausia, el papel de la microbiota en la regulación hormonal o la relación entre alimentación, descanso y deseo sexual.
Además de la práctica clínica, soy colaboradora habitual en medios de comunicación nacionales como ABC Bienestar, donde publico artículos semanales sobre nutrición y salud con rigor y lenguaje cercano. También participo en espacios televisivos como Saber Vivir o À Punt, y en medios locales como Levante TV, siempre con el objetivo de acercar la ciencia de la nutrición al día a día de las personas. Mi labor divulgativa busca desmontar mitos, ofrecer claridad y empoderar a quienes buscan mejorar su salud sin caer en dietas restrictivas ni soluciones milagro.
He formado parte de distintos proyectos educativos y charlas profesionales, y actualmente compagino la dirección de Nutt con la escritura de un libro sobre la menopausia —una obra que combina ciencia y narrativa para ayudar a las mujeres a entender esta etapa con libertad y autoconocimiento—. También diseño protocolos personalizados de nutrición digestiva, hormonal y metabólica, adaptados a cada paciente, porque no hay dos organismos iguales ni dos historias de salud idénticas.
Mi propósito es acompañar a las personas a reconectarse con su cuerpo desde la comprensión y la ciencia, guiarlas con cercanía y ofrecerles herramientas reales para recuperar su energía, su bienestar digestivo y su equilibrio hormonal. En Nutt trabajamos con esa filosofía cada día: alimentar con propósito, enseñar con evidencia y cuidar con empatía.
Si deseas saber más sobre cómo la nutrición puede transformar tu salud digestiva, hormonal o emocional, te invito a descubrir mi trabajo en Nutt, leer mis artículos en prensa o agendar una primera consulta personalizada. Porque cuidar de ti empieza por entenderte.