Hoy te hablo de los 10 errores que cometemos en las comidas de Navidad, que aunque sean fiestas para disfrutar, has de saber que hacer pequeños cambios en algunos detalles te pueden ahorrar más de un kilo al final de las vacaciones. Porque aunque nos duela oírlo, podemos llegar a sumar entre 2 y 4 kilos más al final de la Navidad.
Ya que no solo es la cena de Nochebuena, la comida de Navidad, Nochevieja, Año Nuevo, Roscón de Reyes, sino también los aperitivos, las meriendas con grandes cantidades de azúcar, y nos vamos dejando llevar y al final pasa lo que pasa. Que el pantalón nos aprieta algo más de lo normal.
Así que, no nos viene mal hacer una repaso de los errores que cometemos en Navidad y que hacen que demos un paso atrás en nuestro propósito de seguir una vida más saludable e incluso abandonarla.
Tabla de contenidos
10 errores que cometemos en las comidas de Navidad
Los picoteos
Qué típicos son y cuánta densidad calórica podemos llegar a consumir antes de servir la cena.
El problema es que en la mayoría de las ocasiones se tratan de alimentos procesados, con muchas grasas que evidentemente no son las más saludables y que son de mala calidad, su contenido en sal que se suele disparar en este tipo de productos y aunque no puedas imaginarlo su contenido en azúcar, que aunque se trate de un aliments saludado puede llevarlo en su composición en gran cantidad.
¿Qué picoteos debemos evitar?
- Los snacks estilo patatas fritas y todos sus sucedáneos
- Precocinados y ultraprocesados en general y que además se tienen que freír
- Frutos secos fritos y con alto contenido en sal
- Alimentos demasiado grasos como el foie o los quesos muy curados. Incluso podemos encontrar versiones de queso rebozado para freír.
Opciones más ligeras de picoteo
Podemos optar por un buen jamón o lomo embuchado
Quesos frescos que podemos “tunear” con distintas especias incluso con aceites aromatizados y verduras. Quedan riquísimos.
Los hummus ya se han convertido en un entrante esencial en nuestras casas. Pues en navidad podemos hacer distintas versiones: de edamame, de remolacha (que queda rosa) o tradicional. Sírvelo con verduras mini. Es un triunfo seguro.
Marisco fresco o conservas de marisco. Son una opción muy saludable y ligera. La primera es muy cara y la segunda, que está al alcance de todos, es igual de nutritiva y además solo con abrir la tenemos lista. Puedes también aderezarlos con limón o distintas vinagretas con frutas y otras verduras, las posibilidades son infinitas.
Los acompañamientos
Al igual que los entrantes, los acompañamientos y guarniciones pueden llegar a ser muy calóricos.
Intenta evitar los fritos, y decántate mejor por guarniciones de verduras, darán color a tu plato, sabor y a nivel nutricional te aportarán fibra (que te saciará), vitaminas, minerales y muchas sustancias antioxidantes.
Por ejemplo, si quieres hacer unas patatas de guarnición mejor evitar hacerlas fritas y elegir unas patatas al horno que quedan también muy ricas y te evitan encima estar pendientes de ellas mientras se cocinan. Otra alternativa puede ser hacer un puré de patata o boniato que también es una opción muy interesante.
En cuanto a las salsas, procura aligerarse evitando añadir grandes cantidades de mantequilla y evitando utilizar nata u otros ingredientes con un alto contenido en grasas. Por ejemplo puedes hacer salsas con una base de verduras o puedes añadirles yogur para aportar más untuosidad.
Las bebidas azucaradas
Procura prescindir de las bebidas azucaradas. Solo nos aportan calorías vacías, es decir, que no nos van a aportar ningún tipo de nutriente, sino grandes cantidades de azúcar.
Dentro de estas bebidas están los zumos, los refrescos, las bebidas energéticas. Mejor consume agua, que no falte nunca en la mesa. Puedes hacer agua de frutas que le darán un punto de sabor y también decorarán tu mesa de Navidad.
El consumo de alcohol
Sé prudente con el consumo de alcohol. Cada festividad parece una excusa para aumentar el consumo de alcohol, que dicho sea de paso nada bueno nos va a aportar. Ya no solo la consiguiente resaca después de una noche de excesos, sino que daña nuestro hígado, envejece a nuestras células y produce deshidratación.
Intenta reducirlo al máximo y siempre ten en la mesa agua para que esta sea la bebida principal.
Dormir poco
Durante la Navidad es habitual cambiar las horas de sueño, incluso reducirlas, por las fiestas nocturnas. Procura no romper tu patrón de sueño ya que se pueden llegar a alterar los ciclos hormonales, entre ellos el de las hormonas del apetito, puede que te lleve a tener más hambre de lo habitual o incluso a elegir productos de alta densidad calórica.
Intenta mantener tus horas de sueño y que este sueño sea de calidad.
Romper tu patrón de comidas
Si de normal tienes establecido un patrón de comidas procura no romperlo. Es decir, si habitualmente haces 4 comidas al día, procura no saltárselas. Es algo que pasa cuando rompemos también nuestros ciclos cotidianos de sueño, de manera que es posible que acabemos comiendo menos veces al día, eligiendo encima comidas más calóricas, ya que en Navidad nos rodean alimentos con una mayor densidad energética.
Comer demasiado
Si algo es típico de la Navidad son los empachos, y es que con tantas comidas ricas que nos preparan o que preparamos para nuestros seres queridos queremos probarlo todo y en muchas ocasiones nos excedemos en las cantidades.
Si no quieres ganar peso, subir el colesterol y/o el azúcar y no quieres encontrarte mal del estómago al día siguiente ten cuidado con la cantidad de alimentos que consumes.
Las sobremesas
Igual o más peligrosas que los picoteos, las sobremesas están cargadas de alimentos super azucarados que muchas veces acompañamos con alcohol de alta graduación.
Piensa que la sobremesa esta para reposar la comida. y es por eso que puede llegar a ser el desencadenante de una mala digestión. Disfruta de ese momento con tus seres queridos y evita el consumo de grandes cantidades de dulces.
Tener comida por todos lados
Qué típico es en Navidad tener una bandeja de dulces por cualquier sitio de la casa; la cocina, el salón o la sala de estar. Procura sacarla solo cuando toca para evitar las tentaciones a cada momento, porque seguramente acabes cayendo.
Hacer ayunos para intentar compensar los excesos
Muchas personas, tras los excesos de alguna comida, intentan compensarlo haciendo ayunos o dietas drásticas que pueden ser contraproducentes.
Si te has excedido, es mejor hacer una comida más ligera al día siguiente y evita saltarte tus patrones de comida habitual como te comentaba anteriormente.
Recuerda que la la Navidad es para disfrutar con tus seres queridos, por supuesto también de la gastronomía, pero siempre con cabeza y teniendo presente que neustra salud es lo más importante. Así que evita estos 10 errores que cometemos en las comidas de Navidad y empezarás el año con buena salud.
Nutricionista en Valencia