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¿Porqué mi niño no come?
Probablemente su hijo come poco porque necesita poco
A las madres siempre nos preocupa la salud de sus hijos, y si se comen o no la comida.
No debemos creer que la culpa es nuestra por no prepararlo bien, o no haber educado bien al niño o por no tener paciencia.
No deberíamos frustrarnos hasta el punto en que a veces las madres llegan a manifestar que su hijo no la quiere porque “no me come” y simplemente es que no puede comer más porque no tiene más hambre.
Por lo que debemos tener en cuenta que una cosa es lo que el niño come y otra lo que la familia espera que coma.
Mi niño no come
Este problema desaparece de dos formas posibles:
- o cuando el niño aumenta su apetito
- o cuando la familia disminuye las expectativas en cuanto a la cantidad que come el niño.
Habitualmente es imposible que el niño coma más, o sea que lo mejor es disminuir nuestras expectativas.
No obligar a los niños a comer
Para un bebe su mamá lo es todo. Soluciona todos sus problemas. Cuando este llora le da cariño, seguridad, calor, pero sin embargo cuando no quiere comer más y llora porque no quiere más, las mamás se preocupan por si no es suficiente.
Sin darnos cuenta nosotros poco a poco levantamos más la voz y al final se convierte cada día en una discusión que nuestro bebe no va a poder entender.
El niño no entiende de salud, vitaminas ni de la cantidad que alguien (que seguramente no es un profesional del tema) nos ha dicho que debe comer.
Nuestro bebé solo sabe de momento identificar su saciedad, y esto también lo va a ir aprendiendo poco a poco.
A veces hacemos a nuestros hijos estar horas frente a un plato que no se quieren comer. Su madre que es la persona que más adoran se vuelve contra ellos y ellos piensan que esa discusión nunca va a terminar. Le duele la tripita de tanta comida y sin embargo quieren que coma más, para él esta conducta es tan incomprensible como que lo dejen dormir en el balcón toda la noche.
La idea no es obligar a comer más sino dejar a nuestro hijo que coma la cantidad que quiera.
Sin discusiones, de esta manera seguirá comiendo lo mismo, pero tranquilamente, sin sufrimiento.
Algunos consejos para que tu hij@ coma mejor:
Comer en familia. Juntos mejor de esta manera también socializamos y enseñamos a los más pequeños que la hora de la comida también puede ser un acto social y divertido para compartir con amigos y familia.
Dar ejemplo de la alimentación saludable, los niños aprenden todo por imitación, son iguales que sus papas o abuelos, les va a apetecer comer las mismas cosas que a sus familiares, si sus papas no comen nunca pescado o frutas los niños no las querrán tampoco.
Ambiente favorable, con armonía y felicidad, si la hora de la comida es un castigo y un sufrimiento diario para todos él bebe no va a querer compartir ese momento con nosotros.
Evitar las distracciones para que así coma más sin darse cuenta, tenemos que ser conscientes de lo que hacemos, identificar las señales de saciedad. Podemos comentar lo que ha sucedido en el día, lo que vamos a hacer mañana o lo mucho que nos queremos.
No tenemos que camuflar la comida, es mucho más bonito descubrir que el pescado viene de la playa en la que tanto nos gusta nadar en verano o ir a la huerta de vez en cuando y descubrir esos guisantes o esos tomatitos que se esconden del sol tras las hojas de la plantita que las hace crecer.
Ensañar a comer bien es posible, solo tenemos que tener mucha paciencia y dejar que todo fluya.
Si se hacen las cosas de manera adecuada debemos dar refuerzo positivo, si solo hacemos refuerzo negativo cuando las hacen de manera inadecuada el niño se da cuenta de que sus papas solo le hacen caso cuando hace cosas de manera inadecuada.
Cuando poco a poco el niño toma confianza y toma conductas adecuadas, debemos darle igualmente apoyo y refuerzo positivo para reforzar su autoestima.
No debemos premiar con comida, comemos para nutrirnos, comemos cuando tenemos hambre, no por hacer algo bien tenemos un premio en forma de comida porque en el futuro lo lamentaremos
Un juego divertido que se puede hacer si vemos que un día el niño está comiendo bien, es el de pegar pegatinas circulares pequeñas de colores alrededor del plato, o dárselas a él para jugar como premio.
No debemos por ejemplo premiar con un helado por acabarse el plato de comida, nos comemos un helado si pensamos que es un buen momento de tomar un helado.
Olvidémonos de las amenazas, castigos o conductas agresivas. Alcanzaremos mejor nuestro objetivo con paciencia y mucho afecto.
Cuando un niño coge una rabieta intenta probar hasta qué punto son capaces de aguantar los padres, cuando más caso le hacemos más tiempo estamos pendientes de él que es lo que a ellos les gusta.
Debemos adquirir unos hábitos rutinarios para ir aprendiendo a comer como es establecer unos horarios pensando siempre en las rutinas del niño, unos objetos (siempre los mismos) asociados como la trona, el baberito, el vaso de agua…harán que asocie que la hora de comer ha llegado.
Más vale calidad que cantidad.
Siempre le diremos lo bien que lo hace por poco que sea.
Se baja de la sillita solo cuando se haya dado por terminada la comida.
Explicarle cuando se vaya sentando lo que hay hoy de comer, quien lo ha hecho…
Repetir en cada comida el mismo ritual, ofrecerle la comida e intentar mantenerlo sentado durante unos minutos. Si pasado este tiempo no quiere comer recogemos como si nada y pasados unos minutos lo volvemos a intentar, si de nuevo no quiere comer nada lo bajamos de nuevo y lo volvemos a intentar en unos minutos.
Es muy importante que a nosotros nunca se nos vea preocupados o afectados, si no come en las horas pactadas para comer no se come tampoco fuera de horas.
Los humanos estamos preparados para pasar largos periodos de ayuno, seguro que por poco que sea en alguna de las comidas comerá algo hasta que coja la rutina de sentarse a comer.
No debemos olvidar que la alimentación que ofrecemos debe ser siempre sana y variada.
Podemos tener alimentos favoritos, pero también animar a probar alimentos nuevos. Premia de alguna manera la introducción de nuevos alimentos, nunca con nada material.
El plato estará más lleno de la comida que le guste más que de la nueva, hasta que esta proporción se iguale.
Si de verdad pensamos que nuestro hijo no come absolutamente nada podemos hacernos en un folio un registro bien detallado con absolutamente todo lo que le ofrecemos y que cantidad se ha comido y analizarlo detenidamente pasados unos días.
Si quieres que te ayudemos con la alimentación de tu hijo, no dudes en contactar con nosotras.
Coméntanos tu caso y estaremos encantadas de poder ayudarte.

Farmacéutica y dietista-nutricionista colegiada CV00443, fundadora y directora de Nutt Consejo Nutricional, un centro de referencia en nutrición clínica y digestiva en Valencia. Desde hace más de 16 años ayudo a las personas a mejorar su bienestar físico y emocional a través de una alimentación personalizada, basada en la evidencia científica y en la escucha real del cuerpo.
Mi trabajo se centra en entender la causa de los síntomas, no en poner parches temporales. En consulta abordo desde patologías digestivas complejas —como SIBO, disbiosis intestinal, síndrome del intestino irritable, histaminosis o intolerancias alimentarias— hasta desequilibrios hormonales vinculados a la perimenopausia, la menopausia o el hipotiroidismo, sin olvidar la influencia de la microbiota, el estrés y las emociones en cada proceso metabólico.
Formada en Farmacia y Nutrición Humana y Dietética, siempre he buscado unir la mirada científica con la comprensión humana. Mi enfoque no es solo técnico: creo que comer bien no es seguir una lista de prohibiciones, sino reconciliarse con la comida y con el cuerpo, aprendiendo a interpretarlo y a cuidarlo. Por eso, en Nutt trabajamos con un equipo multidisciplinar que integra nutrición, psiconutrición, educación alimentaria y terapia de apoyo, ofreciendo soluciones completas y sostenibles.
En los últimos años me he especializado en nutrición hormonal femenina y menopausia, un campo en el que combino la práctica clínica con la divulgación científica. Creo firmemente que la salud de la mujer no puede reducirse a calorías o peso, sino que necesita entender su fisiología, sus cambios hormonales y su historia vital. Por eso divulgo activamente sobre temas como los fitoestrógenos, la resistencia a la insulina en la perimenopausia, el papel de la microbiota en la regulación hormonal o la relación entre alimentación, descanso y deseo sexual.
Además de la práctica clínica, soy colaboradora habitual en medios de comunicación nacionales como ABC Bienestar, donde publico artículos semanales sobre nutrición y salud con rigor y lenguaje cercano. También participo en espacios televisivos como Saber Vivir o À Punt, y en medios locales como Levante TV, siempre con el objetivo de acercar la ciencia de la nutrición al día a día de las personas. Mi labor divulgativa busca desmontar mitos, ofrecer claridad y empoderar a quienes buscan mejorar su salud sin caer en dietas restrictivas ni soluciones milagro.
He formado parte de distintos proyectos educativos y charlas profesionales, y actualmente compagino la dirección de Nutt con la escritura de un libro sobre la menopausia —una obra que combina ciencia y narrativa para ayudar a las mujeres a entender esta etapa con libertad y autoconocimiento—. También diseño protocolos personalizados de nutrición digestiva, hormonal y metabólica, adaptados a cada paciente, porque no hay dos organismos iguales ni dos historias de salud idénticas.
Mi propósito es acompañar a las personas a reconectarse con su cuerpo desde la comprensión y la ciencia, guiarlas con cercanía y ofrecerles herramientas reales para recuperar su energía, su bienestar digestivo y su equilibrio hormonal. En Nutt trabajamos con esa filosofía cada día: alimentar con propósito, enseñar con evidencia y cuidar con empatía.
Si deseas saber más sobre cómo la nutrición puede transformar tu salud digestiva, hormonal o emocional, te invito a descubrir mi trabajo en Nutt, leer mis artículos en prensa o agendar una primera consulta personalizada. Porque cuidar de ti empieza por entenderte.
