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El asedio de París de 1870-1871, durante la Guerra Franco-Prusiana, fue un evento devastador en la historia de la ciudad. En un intento por resistir el avance del ejército prusiano, París quedó completamente aislado, lo que llevó a una escasez extrema de alimentos. Esta situación obligó a la población a recurrir a fuentes de nutrición impensables, como la carne de caballo, asno, perro, gato y, sorprendentemente, rata. Incluso los animales del zoológico de la ciudad fueron sacrificados y consumidos.
En este artículo, exploramos las circunstancias que llevaron a los parisinos a incluir la carne de rata en su dieta, cómo fue recibida por la población y su impacto en la historia gastronómica de Francia.
Contexto Histórico: La Guerra Franco-Prusiana y el Asedio de París
El conflicto entre Francia y Prusia (1870-1871) surgió de las tensiones políticas y territoriales en Europa. Tras varias derrotas militares, las tropas francesas fueron empujadas hacia París, donde la ciudad fue sitiada por los prusianos el 19 de septiembre de 1870.
Con el bloqueo total de la ciudad, el suministro de alimentos se agotó rápidamente. Inicialmente, los ciudadanos sobrevivieron con pan y productos enlatados, pero conforme pasaron los meses, las raciones se redujeron drásticamente. Las autoridades racionaron la comida, y pronto se hizo necesario recurrir a alternativas insólitas.

La Carne de Rata en la Dieta de los Parisinos
A medida que la hambruna se intensificaba, los mercados de París comenzaron a vender carnes hasta entonces impensables. La carne de caballo, en un principio rechazada, pronto se convirtió en un alimento aceptado. Pero con el tiempo, la escasez llegó al punto en que las ratas comenzaron a comercializarse como un manjar improvisado.
El gobierno y la prensa intentaron desestigmatizar su consumo, e incluso la Academia de Ciencias de París publicó un boletín en el que alababa las cualidades nutricionales y gustativas de la carne de rata:
“Un cierto número de académicos se reunió para degustar diversas carnes, incluyendo la de caballo, perro, gato y, sobre todo, la de rata. Tras varias pruebas con salsas y condimentos, se concluyó que la carne de rata era infinitamente superior. A partir de hoy, consagrada por la Academia de la Ciencia, la rata debe ser adoptada por la población de París en diversas formas: asada, en estofado, en salamis y en patés.”
Además de las ratas, los animales del Jardín Zoológico de París también fueron sacrificados. Durante la Navidad de 1870, el famoso Restaurante Voisin ofreció un menú insólito con carnes exóticas provenientes del zoológico, que incluía:
- Consomé de elefante
- Terrina de antílope
- Cabeza de burro estofada
- Camello a la inglesa
- Rata asada con mantequilla de trufa
Este banquete, aunque grotesco a los ojos modernos, simbolizaba la resistencia parisina y la capacidad de adaptación ante circunstancias extremas.
¿Cómo se Cocinaba la Carne de Rata en el Asedio?
Las ratas eran capturadas en los barrios de la ciudad, especialmente en las alcantarillas y mercados. Para eliminar cualquier posible contaminación, se recomendaba un proceso de limpieza y maceración en vinagre y vino antes de la cocción. Algunas recetas populares en la época fueron:
🍲 Estofado de Rata a la Bordelesa
- Ratas bien limpias y sin piel.
- Vino de Burdeos para macerarlas.
- Hierbas aromáticas como tomillo y laurel.
- Cebollas y ajo para dar sabor.
- Guiso cocinado a fuego lento durante varias horas.
🍖 Rata Asada con Mantequilla de Trufa
- Rata asada en brasas con mantequilla y trufas.
- Servida con una guarnición de castañas y pan duro.
La carne de rata se consideraba tierna y similar a la del conejo o pollo, aunque con un sabor más fuerte y terroso.
El Fin del Asedio y la Recuperación de París
El asedio de París finalizó el 28 de enero de 1871, cuando la ciudad se rindió ante los prusianos. Con la apertura de las rutas de suministro, los parisinos pudieron volver a sus dietas tradicionales y olvidar, en la medida de lo posible, el consumo de ratas y otros animales inusuales.
Aunque esta práctica quedó relegada a un capítulo oscuro de la historia, el ingenio gastronómico de los parisinos durante el asedio se convirtió en una muestra de resistencia y supervivencia. París, una vez liberada, recuperó su estatus como la capital mundial de la gastronomía.
Conclusión
La historia de la carne de rata en el asedio de París es un testimonio del espíritu de supervivencia en tiempos de crisis. Lejos de ser un mero episodio anecdótico, este acontecimiento nos recuerda la resiliencia de las sociedades y la capacidad de adaptación ante situaciones extremas.
Hoy en día, mientras París sigue siendo sinónimo de alta cocina, esta historia nos deja una reflexión sobre cómo la necesidad puede cambiar radicalmente nuestras costumbres alimentarias.
Centro de nutrición en Valencia con profesionales expertos

Farmacéutica y dietista-nutricionista colegiada CV00443, fundadora y directora de Nutt Consejo Nutricional, un centro de referencia en nutrición clínica y digestiva en Valencia. Desde hace más de 16 años ayudo a las personas a mejorar su bienestar físico y emocional a través de una alimentación personalizada, basada en la evidencia científica y en la escucha real del cuerpo.
Mi trabajo se centra en entender la causa de los síntomas, no en poner parches temporales. En consulta abordo desde patologías digestivas complejas —como SIBO, disbiosis intestinal, síndrome del intestino irritable, histaminosis o intolerancias alimentarias— hasta desequilibrios hormonales vinculados a la perimenopausia, la menopausia o el hipotiroidismo, sin olvidar la influencia de la microbiota, el estrés y las emociones en cada proceso metabólico.
Formada en Farmacia y Nutrición Humana y Dietética, siempre he buscado unir la mirada científica con la comprensión humana. Mi enfoque no es solo técnico: creo que comer bien no es seguir una lista de prohibiciones, sino reconciliarse con la comida y con el cuerpo, aprendiendo a interpretarlo y a cuidarlo. Por eso, en Nutt trabajamos con un equipo multidisciplinar que integra nutrición, psiconutrición, educación alimentaria y terapia de apoyo, ofreciendo soluciones completas y sostenibles.
En los últimos años me he especializado en nutrición hormonal femenina y menopausia, un campo en el que combino la práctica clínica con la divulgación científica. Creo firmemente que la salud de la mujer no puede reducirse a calorías o peso, sino que necesita entender su fisiología, sus cambios hormonales y su historia vital. Por eso divulgo activamente sobre temas como los fitoestrógenos, la resistencia a la insulina en la perimenopausia, el papel de la microbiota en la regulación hormonal o la relación entre alimentación, descanso y deseo sexual.
Además de la práctica clínica, soy colaboradora habitual en medios de comunicación nacionales como ABC Bienestar, donde publico artículos semanales sobre nutrición y salud con rigor y lenguaje cercano. También participo en espacios televisivos como Saber Vivir o À Punt, y en medios locales como Levante TV, siempre con el objetivo de acercar la ciencia de la nutrición al día a día de las personas. Mi labor divulgativa busca desmontar mitos, ofrecer claridad y empoderar a quienes buscan mejorar su salud sin caer en dietas restrictivas ni soluciones milagro.
He formado parte de distintos proyectos educativos y charlas profesionales, y actualmente compagino la dirección de Nutt con la escritura de un libro sobre la menopausia —una obra que combina ciencia y narrativa para ayudar a las mujeres a entender esta etapa con libertad y autoconocimiento—. También diseño protocolos personalizados de nutrición digestiva, hormonal y metabólica, adaptados a cada paciente, porque no hay dos organismos iguales ni dos historias de salud idénticas.
Mi propósito es acompañar a las personas a reconectarse con su cuerpo desde la comprensión y la ciencia, guiarlas con cercanía y ofrecerles herramientas reales para recuperar su energía, su bienestar digestivo y su equilibrio hormonal. En Nutt trabajamos con esa filosofía cada día: alimentar con propósito, enseñar con evidencia y cuidar con empatía.
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