Beneficios del BLW

Hoy te hablamos de los benefícios del BLW o Alimentación autorregulada y cómo aplicarlos con tu bebé.

¿Qué es el BLW?

El nacimiento de un bebé va ligado a muchísimos aprendizajes, tanto para el bebé como para todo su entorno.

Nuevos términos, rutinas, juguetes, complementos… y sobre todo, nueva y mucha información que a veces puede llevarnos a la confusión, por eso hoy vengo a contarte que es el BLW (Baby Led Weaning), palabra que seguro que todos los que tengáis un bebé cerca, o en camino, habréis leído y escuchado miles de veces porque ya son muchos los papás y mamás que deciden ofrecer este tipo de alimentación a sus bebés por los múltiples beneficios que ofrece en el desarrollo.

La traducción literal al castellano es “Deteste dirigido por el bebé” y hace referencia al inicio de alimentación complementaria dirigida o autorregulada por el bebé, es decir, se le sirven alimentos blanditos y sin triturar desde el inicio y el tiene que ser quién manipule los alimentos y se los lleve a la boca.

¿ Cuáles son los beneficios del BLW?

El bebé se alimenta por sí mismo y con pequeños trocitos en lugar de triturado.

Al respetar su tiempo y espacio, cómo él es quién decide hasta dónde y a qué ritmo comer, aprenderá a identificar mucho mejor las sensaciones de hambre y saciedad.

Por ejemplo, no es lo mismo comerse una pera y un plátano a bocados que comerlo de forma triturada, por supuesto comerá más el bebé que coma triturado, pero pensemos ¿realmente le hacía falta comer esa cantidad?

El BLW respeta los ritmos del bebé.

Según lo desarrollado que esté, sus preferencias alimentarias, velocidad a la que quiere comer… Él es quién marca los tiempos, por lo que aprenderá a conocer mucho mejor sus ritmos.

Con la alimentación en forma de purés se le da de comer al bebé al ritmo que considera el adulto que se lo da, como he mencionado en el párrafo anterior, seguramente comerá más cantidad y a mayor velocidad que si se lo comiese por sí solo. 

Se acostumbran desde el principio a probar cosas nuevas

Probar desde el inicio alimentos de distintas formas y colores, más adelante estarán más motivados a seguir experimentando con la comida. Además, facilita la aceptación de una mayor variedad de alimentos desde muy pequeñitos.

Favorece el desarrollo de forma temprana sus habilidades motoras

Al estar acostumbrado desde el principio a ver y tocar distintas formas, texturas y colores de alimentos, favorecerá un temprano desarrollo motor mientras que le supondrá una ventaja a la hora de fomentar la autonomía y seguridad.

Ahorraremos tiempo, esfuerzo y dinero

Al introducir desde el principio comida real, el menú familiar puede ser el mismo para todos. Quizás debamos añadir algo más a nuestro plato (o al suyo), teniendo en cuenta las necesidades de cada uno, pero nos evitaremos cocinar gran cantidad de platos.

Además, no nos hemos de preocupar de comprar productos especiales para bebé, los cuales en muchos de los casos nutricionalmente dejan mucho que desear.

• Estudios indican un menor número de atragantamientos en niños que se han alimentado mediante BLW

Se recomienda que todos los bebés, hayan realizado o no BLW, comiencen a ingerir trozos como tarde a los 9-10 meses, ya que a partir del año se manifiesta una especie de reflejo que les impide hacerlo porque les resulta desconocida esa textura y conlleva al atragantamiento.

Desde el inicio se acostumbrara al sabor real de los alimentos

No se camuflan o esconden los alimentos para que así se los coma o coma más, el bebé según sus gustos escoge. Desde el principio el bebé se acostumbra a ver los alimentos en su forma habitual, no es lo mismo comer un puré donde no sabes identificar los sabores que comer por ejemplo pescado con verduritas y poder saber cada cosa a que sabe por separado y que forma tiene. Al comer los alimentos de uno en uno, el bebé conoce desde el principio el sabor de cada alimento y su textura y establece sus preferencias alimentarias.

Se fomenta la comida acompañado de la familia

Comer todos juntos en la misma mesa, comentando lo que nos ha ocurrido en el día de hoy o planeando actividades juntos fomentará de nuevo su seguridad y autonomía, ya que al estar acompañado y comer lo mismo se va a sentir uno más de la familia. A nadie nos gusta comer solos

¿Cuándo empezar el BLW?

Hasta los 6 meses se recomienda lactancia exclusiva y es que los órganos del bebé todavía no están preparados para recibir otro tipo de alimentación. 

A partir de entonces, para cubrir sus necesidades nutricionales podemos empezar a plantear la introducción, pero siempre de forma personalizada, ya que no todos tienen porque estar preparados a pesar de la edad. Es por ello, que deberemos observar si:

• Se sienta y mantiene la cabeza erguida.
• Coordina ojos, manos y boca y tiene interés en coger los alimentos y llevarlos a la boca.
• Puede tragar alimentos sólidos

El BLW es apto para la mayoría de los bebés, pero existen casos como retrasos en el desarrollo, trastornos neuromusculares o lesiones cerebrales, donde no sería recomendado y habría que consultar con el especialista en estas patologías.

¿Cómo podemos empezar el BLW?

Durante muchos años se ha recomendado comenzar la introducción en base a la “Tabla de introducción de alimentos”, pero recientemente se ha observado que no tiene suficiente evidencia científica al demostrar que retrasar la incorporación de alimentos alergénicos no previene sus alergias, sino todo lo contrario, una incorporación temprana de estos alimentos puede ayudar a prevenirlas.

Por eso, en cuanto al orden, sí que sería conveniente que el día que introducimos un alimento alergénico esperemos un par de días hasta introducir el siguiente para identificar la posible sintomatología. También sería conveniente que se introdujeran estos alimentos durante el día y no en la cena, para poder observar los síntomas cutáneos pertinentes a la alergia, ya que durante la noche podemos no darnos cuenta.

El resto de alimentos los podemos introducir desde el momento en que iniciamos la alimentación complementaria a los 6 meses, pero debemos tener unos aspectos en cuenta:

• Fruta y verdura: Introducirlas siempre cocidas, ya que crudas tienen una consistencia más difícil de deshacer y las primeras veces pueden producir un atragantamiento.
• Carnes: deben evitarse las carnes que sean procedentes de animales cazados con munición de plomo ya que puede producir daños neuronales y siempre se deben ofrecer bien cocinadas.
• Crustáceos o pescados azules (excepto el salmón) por su alto contenido en cadmio y mercurio.

• Frutos secos enteros: podemos introducirlos desde los 6 meses de edad, pero sí que es cierto que enteros podrían provocar un atragantamiento, por lo tanto, conviene ofrecerlos a trocitos muy pequeños. También debemos llevar cuidado con las cremas, ya que por su consistencia pastosa, es mejor ofrecerlas junto con algún alimento, como la fruta.
• Chips o tostadas. Por su consistencia dura, crujiente y además puntiaguda, pueden producir daño en el esófago del bebé además de atragantamiento.
• Caramelos o golosinas: tienen un doble filo: por un lado van cargadas de azúcares añadidos que son innecesarios para los más pequeños y por otro lado debido a su forma esférica pueden quedar atrapados en el esófago y producir un atragantamiento.
• Uvas y cerezas enteras: por su gran tamaño esférico pueden producir atragantamiento, pero si las cortamos en cuatro trozos, evitaremos esto y podrán disfrutar de estas jugosas frutas.
• Salchichas: además de su poco valor nutricional, su consistencia elástica puede formar un ‘efecto muelle’ y quedarse encajada en el esófago produciendo un atragantamiento.
• La sal, no es conveniente debido a que su sistema renal no está preparado.

Además, debemos asegurarnos de que bebé esté bien sentado y con la cabeza recta para el riesgo de atragantamiento y debemos tener en cuenta que los niños aprenden por imitación, por lo que el momento de la comida ha de ser un momento agradable, familiar y de atención plena. Si estamos comiendo con la televisión, móvil o tablet realmente no estaremos saboreando los alimentos y seguramente comeremos más rápido o más cantidad.

También debemos recordar no darles los alimentos nosotros mismos. Como hemos comentado con anterioridad, queremos fomentar su autonomía por lo tanto debería ser él mismo el que se lleve los alimentos a la boca y decida cómo y cuándo hacerlo.

Elisa Escorihuela

Nutricionista en Valencia