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Todos necesitamos comer para sobrevivir, pero a veces la comida se convierte en algo más. Se convierte en un refugio emocional, en un alivio temporal para el estrés o la ansiedad, o incluso en una respuesta automática cuando nos sentimos abrumados. Si alguna vez te has sentido «enganchado» a ciertos alimentos, especialmente a esos que son dulces, grasos o salados, no estás solo. Muchas personas luchan con una relación difícil con la comida que parece estar fuera de control.
Aunque la «adicción a la comida» no está oficialmente reconocida en los manuales de diagnóstico, como el DSM-5, hay una realidad muy palpable detrás de este concepto. ¿Has notado cómo algunos alimentos activan en ti una sensación de recompensa casi inmediata? Esa sensación de placer o alivio emocional que te empuja a buscar esos alimentos una y otra vez, incluso cuando no tienes hambre física.
Desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), el foco no está en «eliminar» esos impulsos, sino en reconocerlos y aprender a responder a ellos de una manera más consciente y compasiva. Aquí te invitamos a explorar este tema desde una perspectiva más abierta y amable, para que puedas entender tu relación con la comida sin juzgarte, y empezar a tomar pasos hacia una mayor libertad y bienestar.
¿Qué es la adicción a la comida?
La adicción a la comida implica un comportamiento impulsivo que lleva a consumir ciertos alimentos, usualmente aquellos ricos en azúcares, grasas o sal, más allá de la simple necesidad física. Al igual que otras formas de adicción, la comida puede activar esos mecanismos de recompensa en el cerebro que liberan dopamina, haciéndonos sentir bien, pero al mismo tiempo, atrapándonos en un ciclo de buscar constantemente ese alivio.
Sin embargo, desde ACT, en lugar de luchar contra este ciclo o buscar «controlarlo» rígidamente, el objetivo es aprender a relacionarnos de manera diferente con esas emociones y deseos. ¿Qué nos dice esa urgencia por comer? ¿Qué hay debajo de ese impulso? Al abrirnos a estas preguntas, sin apresurarnos a responder con comida, podemos comenzar a notar otros caminos posibles, incluso en medio del malestar.
¿Es real la adicción a la comida?
Aunque la adicción a la comida no está formalmente clasificada, hay estudios que muestran que ciertos alimentos pueden activar el cerebro de manera similar a las sustancias adictivas. Esto no significa que estemos condenados a este patrón, sino que podemos empezar a generar conciencia en torno a nuestras elecciones alimenticias y cómo éstas nos afectan física y emocionalmente.
Síntomas comunes de la adicción a la comida
Si te sientes atrapado en un ciclo con la comida, tal vez te resulten familiares algunos de estos síntomas:
- Antojos intensos: Un deseo constante por ciertos alimentos, usualmente ultraprocesados.
- Comer en exceso sin hambre: Sentirte lleno, pero seguir comiendo por impulso.
- Incapacidad de parar: Intentas reducir o eliminar ciertos alimentos, pero terminas volviendo a ellos una y otra vez.
- Sentimientos de culpa y vergüenza: Después de un atracón, pueden surgir emociones como culpa o arrepentimiento.
- Comer en secreto: Esconder lo que comes por vergüenza o miedo a ser juzgado.
Desde la ACT, en lugar de ver estos síntomas como algo que hay que «erradicar», nos centramos en observar y aceptar su presencia, mientras trabajamos en responder de manera diferente a ellos.
Estrategias para transformar tu relación con la comida
Superar la adicción a la comida no es un camino lineal, y mucho menos algo que suceda de la noche a la mañana. Desde la ACT, aquí tienes algunas prácticas que pueden ayudarte a comenzar a cambiar tu relación con la comida:
- Identifica tus desencadenantes emocionales: ¿Comes cuando te sientes ansioso, triste o aburrido? Llevar un diario emocional y de alimentos te ayudará a ser más consciente de los momentos en los que recurres a la comida por razones emocionales. No se trata de evitar esas emociones, sino de notar cuándo aparecen y elegir cómo responder a ellas.
- Practica la alimentación consciente: Comer con atención plena te ayuda a reconectar con las señales de tu cuerpo. ¿Realmente tienes hambre o estás comiendo para evitar sentir algo? A través de la observación sin juicio, puedes tomar decisiones más alineadas con tus valores de bienestar.
- Establece límites amables, no reglas rígidas: En lugar de prohibir alimentos que disfrutas, pregúntate: «¿Cómo puedo disfrutar de esto de una manera que respete mi cuerpo y mi bienestar?». Se trata de encontrar un equilibrio, no de luchar con el control.
- Acepta las dificultades con autocompasión: En lugar de castigarte cuando sientes que has «fallado», practica la autocompasión. Todos cometemos errores, y es importante ser amable contigo mismo en esos momentos. Aprender de cada experiencia es clave para avanzar hacia una relación más sana con la comida.
- Practica la respiración consciente: Cuando sientas el impulso de comer para aliviar una emoción, tómate unos momentos para respirar conscientemente. Esa pausa puede abrir un espacio para que tomes decisiones más conscientes, en lugar de dejarte llevar por el impulso.
Reflexión final
La relación con la comida, como cualquier otra relación en nuestra vida, puede ser compleja. Y como en cualquier proceso de cambio, no se trata de buscar una perfección inalcanzable, sino de aprender a vivir con compasión hacia uno mismo. La Terapia de Aceptación y Compromiso nos invita a abrazar nuestras experiencias, incluso las más difíciles, y a no dejarnos definir por ellas. Aceptar los desafíos que surgen con la comida, y con las emociones que la rodean, es el primer paso para tomar decisiones que realmente estén alineadas con nuestros valores de salud y bienestar.
Recuerda, no estás solo en este camino. Cada pequeño paso hacia una relación más consciente y equilibrada con la comida es un logro, y está bien que este proceso sea imperfecto. Lo importante es seguir avanzando, con amabilidad y paciencia. Aprender a escucharte y a responder de manera más consciente a tus necesidades no solo transformará tu relación con la comida, sino también tu bienestar general. ¡Tienes el poder de construir una vida más plena y libre!
Bibliografía
Hayes, S. C., & Smith, S. (2005). Get Out of Your Mind and Into Your Life: The New Acceptance and Commitment Therapy. New Harbinger Publications.
Gearhardt, A. N., Corbin, W. R., & Brownell, K. D. (2011). «Food addiction: an examination of the diagnostic criteria for dependence.» Journal of Addiction Medicine, 5(4), 264-272.
Schulte, E. M., Avena, N. M., & Gearhardt, A. N. (2015). «Which foods may be addictive? The roles of processing, fat content, and glycemic load.» PLOS ONE, 10(2)
Natalia Corbeanu

Farmacéutica y dietista-nutricionista colegiada CV00443, fundadora y directora de Nutt Consejo Nutricional, un centro de referencia en nutrición clínica y digestiva en Valencia. Desde hace más de 16 años ayudo a las personas a mejorar su bienestar físico y emocional a través de una alimentación personalizada, basada en la evidencia científica y en la escucha real del cuerpo.
Mi trabajo se centra en entender la causa de los síntomas, no en poner parches temporales. En consulta abordo desde patologías digestivas complejas —como SIBO, disbiosis intestinal, síndrome del intestino irritable, histaminosis o intolerancias alimentarias— hasta desequilibrios hormonales vinculados a la perimenopausia, la menopausia o el hipotiroidismo, sin olvidar la influencia de la microbiota, el estrés y las emociones en cada proceso metabólico.
Formada en Farmacia y Nutrición Humana y Dietética, siempre he buscado unir la mirada científica con la comprensión humana. Mi enfoque no es solo técnico: creo que comer bien no es seguir una lista de prohibiciones, sino reconciliarse con la comida y con el cuerpo, aprendiendo a interpretarlo y a cuidarlo. Por eso, en Nutt trabajamos con un equipo multidisciplinar que integra nutrición, psiconutrición, educación alimentaria y terapia de apoyo, ofreciendo soluciones completas y sostenibles.
En los últimos años me he especializado en nutrición hormonal femenina y menopausia, un campo en el que combino la práctica clínica con la divulgación científica. Creo firmemente que la salud de la mujer no puede reducirse a calorías o peso, sino que necesita entender su fisiología, sus cambios hormonales y su historia vital. Por eso divulgo activamente sobre temas como los fitoestrógenos, la resistencia a la insulina en la perimenopausia, el papel de la microbiota en la regulación hormonal o la relación entre alimentación, descanso y deseo sexual.
Además de la práctica clínica, soy colaboradora habitual en medios de comunicación nacionales como ABC Bienestar, donde publico artículos semanales sobre nutrición y salud con rigor y lenguaje cercano. También participo en espacios televisivos como Saber Vivir o À Punt, y en medios locales como Levante TV, siempre con el objetivo de acercar la ciencia de la nutrición al día a día de las personas. Mi labor divulgativa busca desmontar mitos, ofrecer claridad y empoderar a quienes buscan mejorar su salud sin caer en dietas restrictivas ni soluciones milagro.
He formado parte de distintos proyectos educativos y charlas profesionales, y actualmente compagino la dirección de Nutt con la escritura de un libro sobre la menopausia —una obra que combina ciencia y narrativa para ayudar a las mujeres a entender esta etapa con libertad y autoconocimiento—. También diseño protocolos personalizados de nutrición digestiva, hormonal y metabólica, adaptados a cada paciente, porque no hay dos organismos iguales ni dos historias de salud idénticas.
Mi propósito es acompañar a las personas a reconectarse con su cuerpo desde la comprensión y la ciencia, guiarlas con cercanía y ofrecerles herramientas reales para recuperar su energía, su bienestar digestivo y su equilibrio hormonal. En Nutt trabajamos con esa filosofía cada día: alimentar con propósito, enseñar con evidencia y cuidar con empatía.
Si deseas saber más sobre cómo la nutrición puede transformar tu salud digestiva, hormonal o emocional, te invito a descubrir mi trabajo en Nutt, leer mis artículos en prensa o agendar una primera consulta personalizada. Porque cuidar de ti empieza por entenderte.
